jueves, 4 de enero de 2018

Carta de una desconocida



Autor: Stefan Zweig (1881-1942)
Año de la obra: 1927

Conmovedora historia que narra el amor apasionado de una joven de trece años por su vecino, escritor de profesión, quien ni tan siquiera se percata de sus sentimientos. Él es un hombre acaudalado, frívolo y mujeriego. Un día, años más tarde, se encuentran al salir de casa. Ella nunca le ha olvidado. Incluso regresó para vivir cerca de él después de marcharse a otra ciudad obligada por el matrimonio de su madre. Él se ha fijado en su belleza, pero no recuerda a aquella muchachita que le idolatraba. Hacen el amor y luego la olvida pues desconoce la fidelidad. Sólo es una conquista más. Ella queda embarazada y en la pobreza, de la cual sale siendo señorita de compañía, que no prostituta, de muchos caballeros adinerados. Incluso algunos se enamoran hasta el punto de pedirle que se casara con ellos. Pero nuestra desconocida se niega, pues sigue amando al necio escritor que la ignora, pese a que ella le envía siempre por su cumpleaños un ramo de rosas blancas. En uno de estos se encuentran en una sala de fiestas. Ella está con un cliente y él, en otra mesa, con mujeres. La ve y se encapricha nuevamente. Se van juntos a escondidas y vuelven a hacer el amor en el apartamento del escritor. Sin embargo, al terminar, sucede un hecho humillante e inesperado: Éste le da dinero, tratándola como lo que no es y no como a la mujer que estuvo consagrada a él desde su niñez. Por supuesto rechaza la paga y queda herida en su dignidad, la misma que le impidió decirle que tenía un hijo suyo al saber que la odiaría por cambiarle la vida. Ahora ese hijo ha muerto y antes de fallecer ella también le envía una extensa carta en la cual le cuenta sus sentimientos, la existencia de ese hijo común muerto y el regalo de las rosas blancas por su cumpleaños. No le dice su nombre. Él seguirá toda su vida sin recordarla.
Este es un extracto de la carta:
“Sólo quiero hablar contigo, decírtelo todo por primera vez. Tendrías que conocer toda mi vida, que siempre fue tuya aunque nunca lo supiste. Pero sólo tú conocerás mi secreto, cuando esté muerta y ya no tengas que darme una respuesta, cuando esto ahora que me sacude con escalofríos sea de verdad el final. En el caso de que siguiera viviendo, rompería esta carta y continuaría en silencio, igual que siempre. Si sostienes esta carta en tus manos, sabrás que una muerta te está explicando aquí su vida, una vida que fue siempre la tuya desde la primera hasta la última hora”.
Triste y romántica historia de este autor de gran popularidad entre los años treinta y cuarenta del siglo XX. Stefan Sweig fue contrario al Nazismo y se suicidió, según sus propias palabras, “al ver a Europa destruirse”.

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