De rostro sombrío, y halagüeño ser
se dio, sin descanso, tu alma a
conocer.
Por negras traiciones, nunca quiso
venir,
mas… obligada se tuvo en su herir.
Nunca de recuerdos pudo vivir,
sino de sueños afligir.
Fue entonces tu rostro contemplar,
cuando… aquellas traiciones, empezaron
a quebrantar.
Unas, lo quebrantaron ante tu mirar,
otras, lo hicieron ante tu sincerar,
el resto, entre tinieblas orar,
enmudecieron ante tu esperanzado
rogar.
CÉSAR ARRANZ MERINO
Magistral poema de César Arránz Merino. Un homenaje a la sinceridad.
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