Mis
letras monosílabos
que se
lleva el viento,
mis
versos huérfanos sin nombre,
mis
ojos llenos de lágrimas
delatan
la tristeza de mi alma.
Mi
corazón estalla, ella,
esa
pútrida mujer,
vino a
buscarme al alba.
Hoy no tañen
las campanas
como
todas las madrugadas,
hoy
parece que el sonido,
sordo y
angustioso,
flota
en la mañana
gritando
al mismo cielo,
¡ella,
ella!, ella se fue al alba.
De la
junta de mis huesos,
gotea
sangre en la almohada,
ella no
quiso llevarme,
no le
gustaba mi sangre.
Dijo
que cuando esté más amarga
ella
vendrá a buscarme.
Aquí
nos dejó a mí
y a la
sangre de mi sangre.
Cómo le
explico yo ahora
que al
alba, al alba
la
muerte vino a buscarme.
Camaleontoledo*
Al alba, la sangre, la muerte, palabras que recuerdan a Lorca.
ResponderEliminarUn saludo
Buena apreciación, Yolanda. Sin duda es un poema con unos versos muy lorquianos, tal y como tú has dicho.
EliminarUn saludo y gracias por tu comentario.