Cuántas ilusiones
llegamos a dibujar
debajo de aquellos sueños.
Cuántas fantasías
sobre aquellos horizontes bohemios.
Y cuánto amor
en cada orillita del silencio.
Nunca sabrá la noche
las veces que la luna
se miró en el espejo del río.
Nunca sabrá la madrugada
cuántos insomnios
dibujaron las estrellas
en cada delirio.
Ocasos sobre el mar,
metáforas de fuego,
baladas en el alma
y en el corazón
versos de caramelo.
Eclipses de sol...
bordeando los recuerdos.
Hermoso poema.
ResponderEliminarSenda de delicias, sus versos.
Un gusto, amig@s
Buen día ✏
Coincido contigo, Joel.
EliminarUn saludo y gracias por tu comentario.