Te quiero al pasar el día;
en los días sabatinos y sin prisa;
te quiero tan cierto como existen las cuatro estaciones;
como existen los cuatro puntos cardinales;
te quiero al azar y por melancolía;
así como existe el cielo y la tierra;
como se va el día;
te quiero en la inmensidad de una noche
y en la calma de un día.
Te quiero sin asechanzas ni recuerdos;
sin libertad que dure un mediodía;
te quiero solo porque te quiero;
te quiero al rayar el día;
y en mi soledad nocturna;
te quiero así alma mía.
KAREM SUÁREZ