sábado, 28 de febrero de 2015

La reina de las aves



Lucía estridente sus plumas de millares de colores,
verde, azul, rojo y otros folclores.
No volaba, más alas no tenía,
pero sí ojos como las poderosas águilas poseía.
Se paseaba guardiana por los bosques vivaces,
rescatando a los pichones que caían fugaces.

Cuidaba de los vuelos matutinos,
acompañaba a los peregrinos.
Pintaba de frescos pinceles las plumas de los que volaban
y les enseñaba los cantos a las avecillas que nacían.
Frutas brillantes recogía de los prados verdes,
creando enormes banquetes.

Su corazón se regocijaba al escuchar las mil y una agudas sinfonías.
Dulces cantos alzaban al cielo,
las garzas vestidas de blanco velo.
Danzaban alegres las cacatúas,
mostrando sus coronas de elegantes plumas.

Al caer el alba,
las aves volvían cansadas.
Cada una a su respectivo nido,
que los pichones las esperaban,
lanzando amplios chillidos.

CYNTHIA SORIANO

viernes, 20 de febrero de 2015

Lamentos



Son tantos momentos que quisiera hoy cambiar;

tantas cosas tristes, tantas ganas de llorar.

¿Qué error cometido es el que debo pagar?

¿Qué puedo hacer para cambiar la historia y borrar?



Pasaron los años, y con ellos se murió

la ilusión de niña que es crecer en el amor;

y aunque no recuerdo qué semilla se sembró,

hoy cosecho soledad, dolor.



Háblame del tiempo, de ese tiempo que murió,

de la rosa blanca que guardo en mi corazón,  

de la poesía del gorrión que llora por la flor,

de la melodía que calló.



El sol ya no brilla con la misma intensidad.

El cielo está triste, tiene ganas de llorar.

¡Tal vez sea mi alma que no mira más allá de acá,

baja la mirada, llora y llora aún más!

VALERIA ELDER

jueves, 12 de febrero de 2015

Como me voy



Como serpiente embrujada

con cara de dragón


se me estropeó tu mirada.


Como cuerpo de santo incorrupto


de manos finas


olvidé tu rostro abrupto.


Ya no tengo el cantar mañanero,


la letra se extravió,


mi alma no repica, al son del campanero.


Ya dejaron de venir jilgueros


a mirarte desde la ventana,


sólo arriban unos grajos negros.


Me dejé tú herida abierta,


sangrando sin cerrar,


para ver si tu piedad, estaba yerta.


Me la cosí a base de lágrimas,


de penas negras,


para que tu nombre, en ella imprimas.


Voy sorteando sin mucha maña


al adiós definitivo,


pero por desgracia, siempre está mañana.


Voy quemando mi loca imaginación,


poco a poco,


ya sólo me queda que resignación.

ANDRÉS MONTIEL

viernes, 6 de febrero de 2015

Estrella



No te confundas, no soy de aquí…

yo estoy lejos…

No te confundas, soy una estrella curiosa

y solitaria...

No te confundas, porque soy luz

y con ella te acaricio.

No te confundas, porque mi amor

enciende, ilumina y sobrevive más allá de mí,

porque aunque me veas ya estoy muerta…

ROMINA ROJAS