¡Gracias,
Mamá, por darme la vida!
¡Te
quiero!
Madre,
te amo más que ayer,
tanto
o más como en mis ayeres de infancia te amaba.
Madre,
eres espacios blanquecinos y vacíos,
llenándolos
todos de ternura.
Madre
de mi calma voladora,
vivo
dentro de tu pintura en cada cuadro
hecho
por tus manos sobre tu luz cegadora
en
cada dibujado trazo,
y
en el más grande e indescriptible abrazo.
Madre
de inteligencia, comprensión y arte dadora
entre
un olvido y un recuerdo que se separan y se unen en
tu
magia,
entre
una mirada eterna que me conmueve,
que
me llama con tu voz,
que
me habla y que por ella mi alma se mueve,
madre,
te amo entre nuestras batallas,
porque
fuiste lo primero de lo oculto de mi amor al nacer,
que
en lo más profundo suyo te hallas…
PABLO
VOZMEDIANO RODRÍGUEZ (Pablo Voz)