martes, 27 de marzo de 2018

¡Entre tinieblas!





Había momentos, en los que sentía que su alma se desvanecía, evaporándose poco a poco.

Tan lejanos quedaban los recuerdos de felicidad, recluidos en la oscuridad, en el rincón más aislado de su mente.

Sus ojos ya eran incapaces de ver la luz, percibiendo la vida, a través de tinieblas.

La fuerza vital de su ser, cada vez era más tenue, más silenciosa, casi imperceptible para los demás.

Ya no tenía ganas de luchar, no quería seguir envuelta en la melancolía, ¡quería libertad!

¡Quizá en otro plano, en otra realidad!

CRISTINA MARI TUR @crismari014  

lunes, 19 de marzo de 2018

Penumbras de amor



Entre pardas sombras
penetrantes de la noche
me pierdo en la penumbra
de este amor.
La luna, tímida, solitaria,
sin luceros, sin estrellas,
desde el cielo,
contempla mi dolor.
Y ese mar,
de oscuras aguas,
no me ofrece libertad.
Sólo ensueños
de amor y fantasías,
sólo eso y nada más.
POÉTIKA @Poetikas1

lunes, 12 de marzo de 2018

Revelación




Una diminuta luz atenuaba los pequeños rincones del espacio. Destellos reflectantes dejaban vislumbrar ciertas partes previamente desconocidas que deseaban permanecer escondidas. Paulatinamente la llama se desvanecía para dejar paso a la completa oscuridad.
EL BÚHO LECTOR

miércoles, 7 de marzo de 2018

El fantasma de Canterville



Autor: Óscar Wilde (1854-1900)
Año de la obra: 1887

Es una parodia de los relatos de terror en la cual un embajador estadounidense algo pedante, llamado Hiram B. Otis, se traslada a un castillo encantado de Inglaterra con su mujer, Miss Lucrecia R. Tappan y sus hijos, Washington, Miss Virginia E. Otis y los gemelos, Barras y Estrellas. He aquí el carácter patriota de dicho embajador.
Lord Canterville, dueño anterior del castillo, le advierte que el fantasma de Sir Simon de Canterville pulula por aquel lugar desde que éste asesinó a su esposa, Lady Eleonore de Canterville. Pero el señor Otis, estadounidense moderno y práctico, desoye tales advertencias. Así, su familia y él, se instalan allí, burlándose constantemente del pobre fantasma debido a su indiferencia ante los fenómenos paranormales. Incluso Washington y los gemelos Barras y Estrellas le gastan bromas, algunas muy pesadas. Martirizado, el pobre espectro se encierra para no salir más. Pero un día, la dulce Virginia, quien nunca le ha gastado una broma, le encuentra, le anima y le reconforta. Él la dice que va a desaparecer definitivamente para ir al infierno. Ella, por su parte, le dice que le acompañará para darle energías porque, según el fantasma, las Fuerzas del Mal nada pueden hacer contra una niña inocente. Así, tras desaparecer unas horas, Virginia reaparece con un pequeño cofre de joyas en las manos, el de los Canterville, que le ha dado el fantasma. El esqueleto de éste es enterrado y perdonado por Dios, quien le convierte en un ángel y le llevará al cielo en un final feliz.
Meses más tarde, Virginia se casa con su abnegado novio Cecil, el Duque de Cheshire.
Como nota curiosa, las numerosas marcas comerciales que se mencionan, cosa que aumenta la parodia. También, el radical cambio de registro que hace el autor de la comicidad del relato, el cual lo finaliza en un romanticismo casi místico.
Óscar Wilde sólo escribió una novela, <<El retrato de Dorian Gray>> (1891). Entre sus obras de teatro hay que destacar <<El abanico de Lady Windermere>> (1892), <<Una mujer sin importancia>> (1893) y <<La importancia de llamarse Ernesto>> (1895). También cuentos como <<El crimen de Lord Arthur Saville>> (1891) y tragedias como <<Salomé>> (1891).

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