Si mirase a través de un espejo
te vería princesa de mis amores
y serías víctima de mi cortejo,
ya que tu amor alivia mis dolores.
Y es que la pena mata el alma,
la fustiga sin remedio ni piedad,
te vuelve loco y te roba la calma
y parte el corazón por la mitad.
Eres mi Dulcinea y yo un quijote
que cabalga por la vida con ilusión
de dejar la soledad y no ser un islote
varado en la mar sin sentido ni razón.
Te añoro, pero sé que te encontraré,
y entonces hallaré el oasis salvador,
ese calor asfixiante por fin sofocaré,
por tu bondad seré preso de tu amor.
LUIS FERNANDO RAMOS MARTÍN