lunes, 5 de diciembre de 2016

Rebeca



Autora: Daphne du Maurier (1907-1989)
Año de la obra: 1938

Rebeca es una estupenda novela. Arquetipo ideal del género no deja impasible al lector que, página a página, se sumerge en los pensamientos y los sucesos que le deparan un incierto futuro a su atormentada protagonista. Está narrada en primera persona por un personaje, la señora de Winter, del cual jamás se menciona su nombre. Todo un acierto el de su autora, ya que este detalle tan poco habitual realza la figura de la verdadera protagonista: Rebeca. Ella, aun fallecida, está presente en todo momento y crea una atmosfera de misterio que en ocasiones induce al lector a pensar que está tan viva como su constante recuerdo.
Todo comenzó con una frase: <<Ayer soñé que volvía a Manderley>>, que ya es leyenda en el mundo del cine gracias a la acertada y fiel realización de la película de Alfred Hitchcock  basada en esta obra y de su mismo título. La pintoresca señora Van Hopper y su apocada y joven dama de compañía coinciden en Montecarlo con el apuesto millonario Maxim de Winter. Éste es el dueño de la famosa mansión de Manderley y estuvo casado con la atractiva y carismática Rebeca hasta que enviudó tras la trágica muerte de ésta, motivo por el cual vive atormentado por su recuerdo. Sin embargo, pronto comenzarán a enamorarse la joven y él. Cuando la señora Van Hopper anuncia el regreso a Londres de ambas se precipitan los acontecimientos y Maxim le pide a su joven y tímida enamorada que se case con él. Así las cosas ella aceptará y se convertirá en la nueva señora de Winter. Deciden establecerse en Manderley, pero pronto se ganará la antipatía de la señora Danvers, la siniestra ama de llaves de esa mansión, celosa por estar ocupando el sitio de su idolatrada Rebeca, de la cual fue su niñera. La falta de carácter de la protagonista unida a la nueva posición social en la cual está desubicada y al presente recuerdo de Rebeca hace que viva angustiada continuamente y se sienta como una intrusa en su propio hogar. Sólo tiene la amistad del fiel administrador de la familia, Frank Crawley. Un día, mientras paseaba con su marido y su perro este último se escapa y ella echa a correr tras él, pese a la negativa de Maxim a que lo hiciese, sorteando las enormes rocas que las encrespadas olas embestían con violencia. Acabarán en la playa y cuando ella se adentra en una caseta para buscar una cuerda para atar al perro se encuentran con un viejo de aspecto tan misterioso como inofensivo llamado Ben. Ese día conocerá a la hermana de Maxin, Beatrice, una mujer hirientemente sincera que se convertirá en la mejor amiga de la señora de Winter, y su marido Gilles. Más tarde, ausente Maxim, será testigo de la clandestina visita a la señora Danvers de un individuo mujeriego y deleznable llamado Favell que resultará ser el primo de Rebeca.
Al enterarse nuestra joven protagonista de que era tradición en Manderley y para romper con la monotonía decide organizar un baile de  disfraces. Sabe que puede ser el momento ideal para presentarse en sociedad y ganar nuevas amistades. Sólo le falta el disfraz, pero no se le ocurre ninguno hasta que la señora Danvers le recomienda ir vestida como una hermosa mujer que está retratada en un cuadro de la mansión. Ella, encantada, agradecida y enormemente ilusionada se dispone a hacerle caso. No obstante, todo acabará mal, ya que por culpa de la malévola señora Danvers estaba caracterizada como Rebeca, con el consiguiente reproche de su marido.
A continuación, mientras la señora de Winter lloraba amargamente su desdicha, una bengala anuncia el hallazgo de un balandro hundido. En su interior se encuentra el cuerpo de una mujer: Rebeca. Maxim de Winter le confiesa a solas a su joven esposa que la mujer que se hallaba enterrada en el panteón familiar era una desconocida y que si él la identificó de manera falsa fue porque mató a Rebeca. Afirmó que esta última era una persona despreciable y vividora a la que odiaba por sus continuas aventuras amorosas a la cual mató de forma accidental en un arrebato de celos. Después la situó en el interior de su balandro y le hundió. Esta confesión sirvió a la señora de Winter para alejar de una vez por todas el fantasma de la omnipresente Rebeca.
Pese a que la Policía cierra el caso como un suicidio, Favell pretende sacar partido de él y chantajea a Maxim de Winter presentando una carta supuestamente comprometedora a la justicia que le acusaría de asesinato.
Finalmente descubrirán que ese día Rebeca tenía una cita con un doctor y al visitarle éste les revelaría que ella estaba gravemente enferma de cáncer y le quedaban pocos meses de vida, lo cual reforzaba la teoría del suicidio.
Víctima de su propia locura y ante la certeza de que la nueva señora de Winter lo sería para siempre, la señora Danvers se suicida incendiando Manderley.

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1 comentario:

  1. Maravillosa novela, una de las mejores del género, magistralmente escrita por Daphne du Maurier.

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