sábado, 23 de noviembre de 2019

Ni tres mil noches



Ni tres mil noches

pudieron borrar

un solo recuerdo.

Ni cien otoños

pudieron desprenderse

de un sueño.

Madrugadas de limón,

arcoíris de café,

vuela la fantasía

cuando la lluvia cesa.

Ni un cajón

lleno de poemas,

ni un pedacito de mar,

ni mil cometas

en el infinito

pudieron borrar

las huellas...

Esas que dejó

sin querer,

queriendo...

Los atardeceres de canela,

ocasos de almendra,

nubes de cereza.

Navegan las quimeras

cuando el poeta llega.


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