Por
cada flor que no nace,
por
cada sueño que no amanece,
por
cada noche
que
no se hace madrugada…
nace
una poesía del alma.
Por
cada amor que fracasa,
por
cada ilusión que se muere,
por
cada luna
que
se queda sin alas...
nace
un ángel de la guarda.
Por
cada corazón que llora,
por
cada esperanza rota,
por
cada recuerdo triste
que
no quiere salir de la memoria…
nace
un jardín lleno de amapolas.
HERMOSO.MEGABESAZOS
ResponderEliminarde Mariola
Gracias, Mariola!
EliminarQue poema tan lindo.
ResponderEliminarGracias, Enrique!
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