jueves, 9 de julio de 2015

Prosa a un peregrino



Ayer llego, pálido, con las amarguras en los ojos
lleno de pesadez de un mundo que caminó y no entendió.
Desempacó sus cosas
y al árbol aquel corrió.
Con alegría en los ojos, el árbol contempló
bellos recuerdos de su niñez apreció.
Cerró sus ojos y luego los abrió
un público sonriente, al abrirlo encontró.
Contó sus hazañas y grandes historias
que sólo a él le pudieron pasar
a un público sediento que manantial cuyas historias pareció.
Contó sus historias de un mundo lejano que quiso conquistar.
Y de grandes proezas que a otros vio pasar.
Una lágrima rodó, entre sus mejillas se pudo apreciar
trae consigo una carga de atrocidades que sólo un peregrino pueda llevar.
Direcciones del destino que no pudo soportar.
Y el ver tantos rostros amables y felices hizo su corazón palpitar.
Con nostalgia contó
sus ocurridas hazañas
de 20 años sin olvidar el más mínimo detalle
de ser peregrino al otro lado del mar.
Con las congojas de un destino ingrato
no supo aceptar las jugadas baratas de un destino cruel que le habrían de marcar,
ahora se queja, sin más saber,
que la vida no le fue dulce,
jugadas del destino, pobre ha de ser,
sumergido en sus pensamientos, sonriente a medias,
no podía explicar que no supo balancear la vida y el amar,
no supo hacerle trampa al destino y el significado de la vida desvaneció
y en su largo camino la ardua tarea se intensificó.
Repetir la historia jamás podrá imaginar
un sueño buscó
que al final no encontró.
Hoy entre familias y amigos
se ha dado cuenta cuanto perdió.

KENIA ALONDRA DEL CASTILLO

3 comentarios:

  1. Precioso y melancólico poema de Kenia Alondra del Castillo.

    ResponderEliminar
  2. Gracias Luis por hacederme un espacio en tu pagina. :)

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias a ti, Kenia, por deleitarnos a todos con tu talento literario al escribir este pequeño relato que, por desgracia, está bastante de actualidad.

      Gracias por tu comentario.

      Eliminar