Autor:
Molière (1622-1673)
Año de la obra: 1668
Molière,
cuyo nombre real era Jean-Baptiste Poquelin, tuvo una vida muy azarosa. Pronto
descubrió su pasión por el teatro. Así, en 1643 se une a la compañía el ilustre
théâtre de la familia Béjart, pero el proyecto fracasa por motivos económicos y
en 1645 ingresa en una compañía ambulante. Hijo de un tapicero, Jean Poquelin,
que trabajaba para el rey Luis XIV. Esto le supuso un cierto status para que,
en 1658, Molière y su compañía, en todo el esplendor de la monarquía del Rey
Sol, diese su gran salto a París, convirtiéndose pronto en el favorito de éste.
Se
enamora de la joven actriz Armande Béjart, veinte años menor que él y para
cortejarla escribe <<La escuela de los maridos>>, una obra que
trata de que el amor es posible aun existiendo una gran diferencia de edad si
el marido es comprensivo con la esposa. Así, el veinte de febrero de 1662 se
casan aunque pronto surgirán las primeras desavenencias que conducen a la
separación, cuatro años después. Su primer gran éxito fue <<La escuela de
las mujeres>>, en 1662. Pero su consagración definitiva llegó con
<<Tartufo>>, en 1664, una obra muy polémica que fue censurada
durante cinco años por su sarcástica crítica a la hipocresía religiosa. Luis
XIV se vio obligado, en contra de su voluntad, a retirarle su confianza por
razones de Estado. Esos años fueron muy prolíficos, en ellos escribe
<<Don Juan>> en 1665, <<El médico a palos>> en 1666,
una sátira sobre dicha profesión, <<El misántropo>> y esta,
<<El avaro>> en 1668, pese a estar enfermo de tuberculosis desde
1665, enfermedad esta que padecería hasta su muerte. El cinco de febrero de
1669 se levanta, por fin, la prohibición que pesaba sobre
<<Tartufo>> y un año más tarde, en 1670, escribe <<El burgués
gentilhombre>>. El diez de febrero de 1673, con un Molière muy
deteriorado, se representa por primera vez <<El enfermo
imaginario>> en la cual hace el papel protagonista. Esta última obra gira
en torno a un hipocondriaco y paradójicamente, siete días después, en su cuarta
representación, se desmaya en el escenario muriendo unas horas más tarde. La
iglesia se negó a darle cristiana sepultura por el incidente con el
<<Tartufo>>, pero tras los ruegos de Armande Béjart, que ese mismo
año se había reconciliado con Molière, al rey Luis XIV para que presione,
finalmente cede la iglesia siendo enterrado el día veintiuno.
En lo
estrictamente referente a esta obra debo decir, en primer lugar, que nunca he
visto a nadie más rácano, tacaño, desconfiado, tirano y amante de su economía y
de la de los demás si es posible como su protagonista, Harpagón. Éste tiene dos
hijos, Elisa y Cleantes, quienes están enamorados de Valerio y Mariana,
respectivamente, pero que no saben decírselo a su avaro padre. Sin embargo,
Harpagón ya tiene pensado otros enlaces más afines con su propio beneficio.
Pretende casar a su hija con Anselmo, un hombre maduro, sólo porque es rico y
no quiere dote alguna y casarse él mismo con la joven y guapa Mariana, que
podría ser hija suya por su edad. Así las cosas, Valerio y Cleantes comienzan a
darle coba a Harpagón para ablandar su corazón poco a poco y poder ganársele,
pero esa noche Harpagón va a dar una fiesta, austera eso sí, para declararse a
Mariana sin haberse visto antes. Así el propio Valerio se convierte en el
despensero y organizador del banquete por tener ideas más ahorrativas, para
hacerle la pelota, que Maese Santiago, el cocinero, que desde entonces se la
tendrá jurada. Por otra parte, la alcahueta Frosina y Cleantes urden un plan
para unir a Mariana con Harpagón. Mientras el Flecha, criado de Cleantes, roba
un cofrecillo con una importante cantidad de dinero a Harpagón para
proporcionarle a su amo los fondos suficientes para que disponga de una dote
suficiente en el caso de un hipotético matrimonio con su amada. Maese Santiago
ve en ello la ocasión de vengarse de Valerio y le acusa del hurto. Finalmente,
todo se resuelve con la llegada de don Tomás de Alburcy, un caballero que
supuestamente se ahogó junto a su familia que se descubre que son sus hijos
Valerio y Mariana y su esposa, la madre de ésta. Así pues, todo acaba con el
matrimonio de Elisa con Valerio por una parte y de Mariana con Cleantes
costeados, naturalmente, por Anselmo (Tomás de Alburcy) mientras Harpagón
recupera su preciado y querido cofrecillo.
Obra de
cinco actos sumamente cómica en la cual, como en la mayoría de este género en
aquella época, exagera los defectos de su protagonista hasta límites
insospechados. Me han gustado esos juegos de palabras que tiene, en especial
los diálogos en los que Harpagón desoye a los demás pensando sólo en su propio
beneficio, por ejemplo, cuando comunica a Valerio su interés por casar a su
hija con Anselmo (acto primero, escena quinta) o cuando Frosina le va diciendo
las virtudes y se inventa los gustos de Mariana mientras le va pidiendo una
ayuda económica (acto segundo, escena quinta). Gracioso, igualmente, el
malentendido del robo del cofrecillo (acto quinto, escena tercera). En
definitiva, satiriza el auto engaño crea un gran número cómico bajo el elemento
común del enredo para denunciar la hipocresía de la época. <<El
avaro>> está vagamente inspirado en <<La marmita>> de Plauto.
Molière escribió unas treinta y tres obras aproximadamente y tuvo la suerte de
contar con el apoyo de Luis XIV, como ya ha quedado dicho, quien le permitió
utilizar el Petit Bourbon (para representar, entre otras, esta obra) e incluso,
en 1661, el Palacio Real.
¿Te
ha gustado? Recomiéndalo y coméntalo, así como los anteriores libros.
Libros como éste enaltecen, sin duda alguna, el noble arte de la literatura.
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