De pie bajo la lluvia… siento.
Después de un día triste, la música de lluvia
siempre me calma, me consuela.
Gotitas de cielo que caen en vuelo y se abrazan a
mis ojos que también me llueven.
La lluvia moja mi cabello y mi ropa, se estaciona
ahí, la ropa mojada se adhiere a mi cuerpo y en frío abrazo me envuelve.
Es lo que necesito ahora… un abrazo de lluvia, de
lágrimas de cielo para calmar mis emociones, serenar mi corazón, esto es todo
lo que necesito ahora… lluvia fría sobre mi piel.
Magnífico relato este que nos emociona aún más si cabe por lo ocurrido y que procura ser un bálsamo para el lector. Bravo.
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