viernes, 10 de agosto de 2018

Era una niña


     Era una niña, humilde, sin nada más que su muñequita y su madre.
     Vivía en una casa de cáñamo y olía a rosas, una ventana orientada a un horizonte lejano y bello, tras el cual se divisaba lo que ella imaginaba que era un inmenso mar y soñaba con él cada noche.
     Sonriente despertaba cada mañana, su mamá la peinaba con un peine de un solo diente, mientras escuchaba los sueños y fantasías de su hija y volaba con ella a ese mundo.
     Con qué poco eran felices, cada vez que aquella niñita despertaba cada mañana.

2 comentarios:

  1. Es un poema. Un poema de historia.

    De las cosas más hermosas de esta vida... el tener ojos para ver la hermosura de la existencia, es simplemente... incomparablemente maravilloso.

    Un gusto, amig@s ✏

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Bello, en efecto. Es un gusto tenerte por aquí, Joel, una persona que aprecia el sentimiento que emanan las pequeñas obras de arte que Club del novelista tiene el privilegio de publicar.
      Un saludo y gracias por tu comentario, Joel.

      Eliminar