lunes, 10 de junio de 2019

A la luz de la luna



Estaba extasiada
 
llena de nostalgia
 
picardía y fantasía,
 
sentada en una roca
 
en plena madrugada.

 
Unas lágrimas
 
por sus mejillas rodaban,
 
lágrimas de una dama
 
alguna vez maltratada.
 
Sus provocativos labios
 
susurraban:
 
otra vez enamorada, 
 
no quiero ser burlada.

 
A pesar de su tristeza
 
lucia elegante y bella
 
como aquella luna llena
 
que iluminaba sus penas.

 
Astro testigo
 
de los besos que nos dimos.
 
Surgió el deseo inefable
 
y embriagarnos de amor
 
fue inevitable.


ENRIQUE RODRÍGUEZ

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