Enjugué tus lágrimas
con mi poesía,
dibujé en tu rostro
una sonrisa.
Lágrimas causadas
por alguien
que en vez de amarte
insiste en lastimarte.
Una tarde de febrero
quisiste agradecer
mi noble gesto,
saciando mis labios
con tus besos
dejando mi corazón
impregnado de recuerdos.
ENRIQUE RODRÍGUEZ
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