Y ahora qué...
Qué será de la fantasía,
ésa que se asomaba
cuando la noche sonreía.
Y ahora qué...
Qué será de la luna
cuando se dé cuenta
que la madrugada
no trae las alas puestas.
Y ahora qué...
Qué será de los sueños
cuando no encuentren
el refugio...
donde dejar los versos.
Tal vez debería hacer paisajes
para que la ilusión
no marchitara.
O quizás...
hacer puentes
para cruzar los mares,
tal vez esquivar los miedos
o quizás, hacer invisibles
los horizontes de azabache.
Y ahora qué...
Dónde guardaremos los recuerdos,
dónde dejaremos
las primaveras
de chocolate.
Y ahora qué...
Dónde lloverá la memoria
cuando no pueda encontrarte.
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