miércoles, 27 de enero de 2021

¡Dime tú poeta!

 


No encuentro la palabra

que del pensamiento

pueda expresar en el papel

qué escribo y lo que puedo

contar.

 

  

El arroyó purpúreo de

marañas efímeras

gotea sin cesar.

 

 

El equilibrio entre el sentido

y el sin sentido, parece utópico; 

casi desvanecido.

 

 

Pocos poetas encuentran en 

los versos las palabras más

extraordinarias

que el sentimiento logra expresar.

 

 

Convergen sobre el fuego que

inunda los versos en las heridas 

del sendero opaco.

 

 

¡Dime tú poeta!

si la fragancia de una flor

que acaricia tu rostro,

és como agua cristalina 

que abraza tu alma.

 

 

Y es tan hermosa con el poema, 

que abrasa tú corazón y la poesía

longeva acaricia el amor.

 

 

¡Dime tú poeta!

si estos versos son poesía

o es solo un poema

que te llega al corazón

mientras avanza el reloj.

 

 

¡Dime tú poeta!

Si los campos de girasoles

y las praderas de amapolas

que brillan mirando al sol

son esplendor para tus ojos.

 

 

¡Dime tú poeta!

Para qué quieres una pluma, 

si las páginas están vacías

y no te llega la inspiración

en el pozo de la zozobra...

 

 

El invierno cobrizo y tardío

cubre las estrellas de nubes

que lloran sobre la tierra

y el capazo del agricultor.

 

 

Las siembras se inundan

y la desesperación cae sobre

los recolectores; y su perdición 

con el agua que abraza las viñas 

y naranjos.

 

 

Ni los tesoros más osados

ni los cielos más nublados

tocarían tu corazón en un

día de un tormentoso ciclón.

 

 

¡Dime tú poeta!

Eres dueño del amor etéreo,

o quizás, seas capricho

efímero, de un malvado

corazón.

 

©Nuria de Espinosa

 

 

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