Tienes ese no sé qué
que me encanta de una mujer,
admirable virtud
que no en todas puedo ver.
Supiste entrar en mi corazón,
deleitándome
con tu sincero amor.
Amor que nos embriagó
de nostalgia y pasión.
Vivirás en la prosa y en el verso
que nace en mi corazón
cada vez que te recuerdo.
ENRIQUE RODRÍGUEZ
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