miércoles, 17 de agosto de 2016

Luces de mi cielo




Ángeles adorados, amores de mi vida,

Son el crepúsculo de amor en mi casa,

Son el complemento de mi alma,

Son el espejo radiante de mis mañanas,

Son armonía mis tesoros sublime.

¿Qué puedo pedir a la vida?

Nada, nada más pido a la vida,

Dios me ha regalado un tesoro único.

Ellos, luceros que me acompañan,

carne de mi carne, son los versos en mi poesía.

Él, cuatrista con un corazón llanero, amante de la vida;

lleva en su piel el aroma a chocolate.

Ella, una soñadora que aprende idiomas;

Perfeccionista de silueta perfecta.

Ambos, mi motivo para seguir viva.

¡Qué Dios me los bendiga!


Poema_imperfecto

3 comentarios:

  1. Linda poesía, sin duda alguna. Su autora deja entrever bien a las claras su apasionado amor por sus hijos al dedicarles este precioso poema.

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  2. Respuestas
    1. En efecto, Yolanda, ya lo creo. Gracias por tu comentario.
      Un saludo literario y amigo.

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