lunes, 24 de abril de 2017

Clemencia...




Estoy aquí soledad

donde estás ahora.

Ya ni tú prestas

atención en la existencial

maldición de este ser...

Dónde estás tú, parca,

para liberarme

de ataduras mundanas

y del desairado sentir.

Arrástrame a tu cobijo

en lo profundo del limbo,

quema con fuego eterno

cualquier rastro de amor,

calcina el alma sin piedad.

No temas dañar a este hombre

que acepta el fin

mirando a tus ojos,

sin vida,

déjame ser sacrificio

para mi diosa mortal

por la cual he rezado,

suplicado y mendigado

sin tener respuesta...

¿Por qué no te acercas muerte

y me dejas fulminado?

Pido la clemencia

de tu sentencia...

MARIO MENDEZ

lunes, 17 de abril de 2017

Encuentro




El tiempo

marcaba los minutos,

marcaba las horas,

había llegado el momento

lo había leído,

lo había soñado,

y de su voz

se había enamorado,

reflejaba su amor

cuando le escribía,

había llegado el día

en que por fin

ellos se verían.

La espera había

valido la pena,

era la hora indicada,

la tarde perfecta

donde caminaba,

sus ojos como la miel

esa tarde la cautivaron,

sus bocas se juntaron

y en un cálido abrazo

lo que siempre soñaron,

dos almas

que siempre

se amaron.

 

GABY @soldelunanueva

lunes, 10 de abril de 2017

Triste sentir





Empapo mis lágrimas

en el pañuelo

del olvido

que no por haber vivido

tengo que recordar

lo que para mí has sido.

Ya mi corazón

se cansó de amar

sin ser correspondido.

martes, 4 de abril de 2017

Ella




      Hoy quiero hablarles de ella, inspiradora casi mortal, de tímidos versos, portando ese título sin quererlo, pero aceptando de buen gusto mis novatas letras, arte urgente, belleza natural que invitaba a quedarse, cualquier poesía le quedaba bien, porque ella las llevaba consigo, era tan suave que hasta sus espinas acariciaban, me encantaba escuchar el sonido de su nostalgia, para sentirla más cerca, jamás hallé la receta para sacarla de mi sangre, con ella siempre era un viaje inesperado del que no esperabas salir ileso, hasta el mar extendí mis letras, pero sin notarlo, ella huyó por un mero desierto, no nos dio tiempo a arder, antes de que la vida se lleve toda la madera, amaba en ella esa libertad que me daba para irme, cuando no quería hacerlo, ella escribía a menudo, pero no podía descifrar en cada verbo, si había restos de mí, por allí. Ella me enseñó a cerrar los ojos y entender las canciones, en sus pensamientos siempre estaba latente la palabra regreso, vimos juntos el otro lado de la vida, el que no habla, no trasciende, pero late, espero que siempre siga mirando de esa manera, que no prive a los demás de disfrutar esa maravilla. En su credo lejano, sembré mis mejores plegarias. Yo siempre le pedía que me lleve donde quiera, tan solo con la promesa que siempre seríamos los mismos.
ALEX

sábado, 1 de abril de 2017

Diez negritos



Autora: Agatha Christie (1890-1976)
Año de la obra: 1939

¿Qué decir de <<Diez negritos>>? Es una novela genial ambientada en Devon, la localidad natal de la autora. Agatha Christie es una escritora magistral. Sin duda se la puede calificar como la reina de la novela policiaca. Sabe manejar a su antojo los entresijos de sus historias hasta hacerlas desembocar en el mejor final y el más inesperado para el lector al que sabe mantener en vilo hasta el desenlace definitivo. Fue una autora muy prolífica con ochenta novelas y más de 150 cuentos de suspense. Incluso cultivó otros géneros literarios. Ha sido traducida a 103 idiomas.  Sus obras son, de hecho, las más vendidas de la historia, tras las de Shakespeare y la Biblia. <<Diez negritos>> es el libro de misterio más exitoso de toda la historia con más de cien millones de ejemplares vendidos.
Creó a los famosos personajes Hércules Poirot y Miss Jane Marple. No obstante, ninguno de los dos aparece en esta novela.
Todo comienza cuando ocho personas reciben una extraña invitación por parte de un desconocido llamado U. N. Owen para pasar unos días en la isla del Negro, de la cual es propietario.
Los invitados, que no se conocen entre sí, son el juez Lawrence Wargrave, la institutriz Vera Claythorne, Philip Lombard, la anciana Emily Brent, el general retirado John MacArthur, el doctor Edward Armstrong, Anthony Marston y el detective William Blove. No existe un aparente nexo de unión entre ellos, pero poco después de llegar a la isla una grabación les acusa de ser culpables, directa o indirectamente de la muerte de una persona a cada uno de ellos. Fueron recibidos por los sirvientes, el señor y la señora Rogers, quienes les informan que su anfitrión, al cual no han visto nunca, no está allí pero les han dado las instrucciones necesarias de cómo debían acomodarlos. Poco a poco se irán sucediendo las muertes de estos diez personajes tal y como decía la letra de una canción infantil, <<La ronda de los diez negritos>>, y por cada una de ellas desaparece una de las diez figuras de porcelana con forma de negrito que había encima de la mesa del comedor.
La imposibilidad de salir de la isla a causa del mal tiempo, el incesante goteo de crímenes habidos entre los invitados y la certeza de estos de que el asesino era uno de ellos tras haber registrado a fondo la isla, atormentaron sus últimas horas de vida.
Club del novelista se ha pensado mucho incluir en esta reseña el desenlace de la obra. Finalmente hemos decidido que sean ustedes quienes ejerzan el papel de detectives leyéndola y descubrir así la resolución de la misma. La disfrutarán aún más si cabe.

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