Mas algún día
volverá,
y verá sus sueños
realizados,
sobrevivirá al
tiempo,
continuará en él la
esperanza
después de muerto;
podrá vagar por un
mundo
de silencio,
mas algún día volverá
y se mecerá en sus
sueños
hechos realidad.
Las quimeras de los
espíritus puros
no puede destruirlas
el tiempo,
perduran en la
ilusión
de almas hermanas de
las suyas,
y un día muy lejano,
de cielo muy azul,
podrá ver tangible
el mundo hijo de sus
sueños.
Podré estar oculto
bajo las aguas de un
mar
que desde aquí creemos
incierto,
pero la misma ilusión
y la rebeldía
que me hicieron
sufrir en la vida,
harán que en la
muerte
no esté muerto,
y surgirá de las olas
mi sonrisa,
que en las noches de
tormenta
escucharán mis
hermanos
desde el mundo en el
que yo
quise vivir.
JOSÉ ÁNGEL GRAÑA ABAD
Nada es quimera, nada es verdad, sólo el presente es realidad.
ResponderEliminarExcelente, como todo lo que escribes, José Ángel
ResponderEliminarCoincido con tu opinión, Cecilia, me encanta la definición de los sentimientos que expone José Ángel en esta poesía. Bienvenida como miembro de honor de club del novelista.
Eliminar¡Muchísimas gracias a los dos! ¡Enormemente!
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