jueves, 14 de julio de 2016

Tu sincerar



De rostro sombrío, y halagüeño ser
se dio, sin descanso, tu alma a conocer.

Por negras traiciones, nunca quiso venir,
mas… obligada se tuvo en su herir.

Nunca de recuerdos pudo vivir,
sino de sueños afligir.

Fue entonces tu rostro contemplar,
cuando… aquellas traiciones, empezaron a quebrantar.

Unas, lo quebrantaron ante tu mirar,
otras, lo hicieron ante tu sincerar,
el resto, entre tinieblas orar,
enmudecieron ante tu esperanzado rogar.

CÉSAR ARRANZ MERINO

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