Perdido en
este océano de la vida,
con rumbo
dudoso,
en un barco
con destino de llegar de día.
En este
camino largo
me pongo a
pensar que hago
si estoy en
el rumbo correcto
y cumplir los
sueños que me he propuesto.
Estoy
dispuesto a darlo todo
sin perder
nunca las esperanzas
y aunque a
veces lloro,
pero en Dios
vierto mi confianza.
Por eso les
propongo crezcan mentalmente,
que crezcan
espiritualmente
y que tengan fe
en él habitualmente.
Sea el camino
que sea,
aunque estés
encerrado dentro de una cueva,
siempre hay
una salida
en medio de
la tormenta.
LUCAS
VALÍA
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