miércoles, 7 de marzo de 2018

El fantasma de Canterville



Autor: Óscar Wilde (1854-1900)
Año de la obra: 1887

Es una parodia de los relatos de terror en la cual un embajador estadounidense algo pedante, llamado Hiram B. Otis, se traslada a un castillo encantado de Inglaterra con su mujer, Miss Lucrecia R. Tappan y sus hijos, Washington, Miss Virginia E. Otis y los gemelos, Barras y Estrellas. He aquí el carácter patriota de dicho embajador.
Lord Canterville, dueño anterior del castillo, le advierte que el fantasma de Sir Simon de Canterville pulula por aquel lugar desde que éste asesinó a su esposa, Lady Eleonore de Canterville. Pero el señor Otis, estadounidense moderno y práctico, desoye tales advertencias. Así, su familia y él, se instalan allí, burlándose constantemente del pobre fantasma debido a su indiferencia ante los fenómenos paranormales. Incluso Washington y los gemelos Barras y Estrellas le gastan bromas, algunas muy pesadas. Martirizado, el pobre espectro se encierra para no salir más. Pero un día, la dulce Virginia, quien nunca le ha gastado una broma, le encuentra, le anima y le reconforta. Él la dice que va a desaparecer definitivamente para ir al infierno. Ella, por su parte, le dice que le acompañará para darle energías porque, según el fantasma, las Fuerzas del Mal nada pueden hacer contra una niña inocente. Así, tras desaparecer unas horas, Virginia reaparece con un pequeño cofre de joyas en las manos, el de los Canterville, que le ha dado el fantasma. El esqueleto de éste es enterrado y perdonado por Dios, quien le convierte en un ángel y le llevará al cielo en un final feliz.
Meses más tarde, Virginia se casa con su abnegado novio Cecil, el Duque de Cheshire.
Como nota curiosa, las numerosas marcas comerciales que se mencionan, cosa que aumenta la parodia. También, el radical cambio de registro que hace el autor de la comicidad del relato, el cual lo finaliza en un romanticismo casi místico.
Óscar Wilde sólo escribió una novela, <<El retrato de Dorian Gray>> (1891). Entre sus obras de teatro hay que destacar <<El abanico de Lady Windermere>> (1892), <<Una mujer sin importancia>> (1893) y <<La importancia de llamarse Ernesto>> (1895). También cuentos como <<El crimen de Lord Arthur Saville>> (1891) y tragedias como <<Salomé>> (1891).

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