miércoles, 19 de septiembre de 2018

Domeña



Domeña tus miedos y respira, sólo el amor permite que todo brille en tu vida, mirada que otea el océano que con serenidad observas en la mañana al romper el alba, cuando tu camino marca sin dejar más huella que la luz que de tu pecho fluye.

Esa magia que desprendes liberando aquellos días donde la bruma era cárcel, apresando la vida que negaste disfrutar, en aquellas sendas viviste momentos  cuyas frecuencias debes ahogar, amainan los silencios dejando que se impregnen de brillos que liberan paz y armonía, vida y luz, todo tu serás camino, dejando las sombras en el olvido.

Amar sin recibir, querer es como tener, adquirir, comprar.

"El amor", aunque sea más normal decir "Te quiero", brota desde tu interior sincero y en un bucle se queda grabado para la eternidad, es algo sincero, que con sabiduría se deja plasmado, continuando camino; dejando mi rostro anegado y mi mirada brillando, pues siempre en el pecho quedará el sentimiento de ser, no de tener. 

Sentimiento que crece sin motivo, a salvo se queda, cuando la jaula se deja abierta;  liberando el sentir, algo tan difícil para el ser humano en general.

Desnudarse emocionalmente ante alguien y su ausencia, incluso en el silencio, desconociendo si fue siquiera escuchado en algún momento, escapando de esa presión en que estaba uno se siente aprisionado. 

Dejar-le, dejar-te con coraje y aceptar sin orgullo y sin miedo, ese silencio que denota la negación del momento sepultando en el abismo profundo donde los cuerpos sin vida, sin nombre, descansan, fosas comunes de aquellos que vivieron y lucharon por un ideal que amaban.

Ser humano no significa saber amar, todo se aprende jugando a vivir la vida, a veces feneciendo en el intento, por suerte, sólo es un juego, en el que a resucitar aprendes y atajos emprendes para volver a amar algún día, tal vez, cicatrizándose las heridas que tal vez, aún abiertas, te muestren cómo sobrevivir.

MARÍA JOSÉ LUQUE FERNÁNDEZ

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