Azules océanos me hipnotizan.
Seda salvaje me acaricia.
Aroma a frenesí me impregna.
En mi paladar, tu néctar.
Esencia versus esencia;
todo culmina cuando
mis oídos a escuchar comienzan
el final de nuestra sinfonía,
ese dueto en el que
somos la noche y el día.
Tú, yo…
Nosotros.
Nuestros cuerpos…
Nuestras almas.
Volcán.
Erupción…
Calma.
CELESTE
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